Paroles de Lucrecia Escudero Chauvel

AD-DIO

 La primera vez que vi a Paolo Fabbri fue en el curso de Teoria de la Informacion que dictaba en el DAMS de la Universidad de Boloña que se había inaugurado recientemente. Era octubre de 1976 y era su primera lección. Estábamos sentados en la segunda fila Jorge Lozano y Cristina Penamarin, lo que luego se llamo “el grupo de los hispanoparlantes”, pero nosotros no nos conocíamos aun. Su clase, como en el texto de Barthes que lo inspiraba tanto, la dedico a las múltiples estrategias de uso de los anteojos negros – para el todo era sujeto de  semiosis –  y dirigiéndose a un horizonte infinito detrás nuestro, explico la forma de mostrar cómo se había llorado.

Recuerdo que nos dimos vuelta y vimos a una bellísima mujer que llevaba precisamente, anteojos negros. Luego usando el pizarrón escribió con esa letra de mosca que tenía, dinámicas entre letras, -nada se puede leer sino en relación – y empezó su curso sobre las estrategias. Pensaba e iba produciendo conceptos ad hoc.  Absolutamente fascinada, le saqué esta foto, y fijé un gesto que le era propio, el del índice con el pulgar, que usaba cuando estaba explicando algo y que indicaba la pertinencia de un concepto en su abecedario gestual. “Miren hacia allí” decía esa mano. Pero atrás estaba escrito ya AD-DIO.

 

Eso que veíamos y escuchábamos no era un ovni, era un semiólogo en acción. Porque la pragmática estaba indisolublemente asociada a su forma de hacer semiótica, siempre cerca de los textos. Decía: “La Semiótica es una disciplina a vocación empírica ”. No nos confundamos por favor, no tiene nada que competir con las neurociencias.  La Semiotica gana ahí donde produce la diferencia. Y así fue como empezó su tarea de alfabetizador planetario y  nos enseno a leer el mundo sub especie semiótica.

 

AD-DIO :   mostrando que todo es provisorio, como un asceta despojado al que le gustaba solo leer y mirar imágenes y que – este es un rasgo que me parece importante- estaba de paso, en una temporalidad suspendida, que el pulía como un diamante. Siendo un hombre de una extremada elegancia, vivía fuera del mundo del consumo  teorizando sobre el dandismo, porque él era un supremo dandy, concepto de profundo espesor trágico, del que su agrafismo formaba parte. Toda su trayectoria intelectual fue una pelea contra la banalidad. Ese era el efecto Fabbri.

¿Qué decir? Siguieron muchos años, décadas, de una amistad y generosidad sin fallas. Hecha de risas y llantos, de congresos, coloquios, viajes, lecturas, exposiciones, siempre mostrando más allá, como en un horizonte, lo que era la Semiotica. Y esa pasión nos la dejo como un don a aquellos que lo conocimos y lo escuchamos, que por suerte somos muchos a lo largo de varios continentes. Viajar con él era una fiesta, todo le interesaba,  porque viajar era discurrir espacialmente una forma de descubrimiento.  En un viaje de Italia a Paris cuando aún había fronteras escribió “Semiólogo” en la ficha de la Aduana. Semiólogo, palabra mágica, se mi ó logo!

Convencida que estaba frente a un autor prolífico, aunque Eco sostenía lo contrario,  le fui pidiendo uno a uno sus escritos sueltos, con muchísimo tacto, porque era un hombre de pudor extremo frente a la escritura, ya que siendo un augur,  cultivaba básicamente la oralidad encantatoria. Vimos juntos los últimos cuentistas orales que los domingos recitaban leyendas colectivas en las plazas de Coyoacán y de Oaxaca. Era 1985, minutos antes del terremoto que asolo la ciudad de México. El pregunto: “En que estación estamos, porque el aire es raro”. Era el otoño, y ahí empezamos a diseñar el proyecto de la traducción de sus escritos al español que fuera luego  Tácticas de los Signos. Salió en  Gedisa en 1995 en  la colección que dirigía Eliseo Veron, otro de sus grandes amigos con los que podía discutir toda una noche, que se llamaba, -suprema coincidencia- El Mamífero Parlante.

Su relación con América Latina y sus intelectuales fue constante desde su primer viaje a Argentina, a Rosario en agosto de 1986, al Seminario Internacional de Formación Docente que habíamos creado cuando recién se recuperaba la democracia. La Universidad Nacional de Rosario le otorgo el Doctorado Honoris Causa. Fue clave en la creación de deSignis en el año 2000 y desde entonces estuvo presente en actividad editorial de la revista enviando regularmente una contribución, una sugerencia, una orientación temática. En su última intervención en las conclusiones de la  mesa Trayectorias de la Semiotica Latinoamericana en el congreso de la AIS/IASS en Buenos Aires en setiembre de 2019 insistió particularmente sobre la necesidad de una semiótica marcada.

Paolo ha sido el duende de la Semiotica, Puck, el personaje shakesperiano que producía desorden para que se pudiera entender mejor el orden, sin duda un  magnifico e irrepetible agitador de ideas. Si existe un cielo de semiólogos, y estoy convencida por la forma que tienen las nubes, hoy se está encontrando ahí con Umberto Eco, Algirdas  J. Greimas y Roland Barthes que lo reciben esperanzados contando con que nosotros planearemos una gran fiesta para celebrarlo en la próxima primavera. Porque el ultimo grande, no apago la luz.

Lucrecia Escudero Chauvel,  2 de Junio 2020.
Directora de deSignis
(www.designisfels.net)